Situado a solo unos kilómetros de Zorita del Maestrazgo, en la provincia de Castellón, el Santuario de la Mare de Déu de la Balma es uno de esos lugares que sorprenden por su ubicación y su historia. Construido parcialmente dentro de una cueva natural en la roca, este santuario ha sido durante siglos un destino de peregrinación, devoción y leyendas. Su arquitectura integrada en el paisaje, su valor espiritual y las tradiciones que lo rodean lo convierten en una visita obligada para quienes buscan conocer rincones diferentes, con alma y con pasado.
El Santuario de la Mare de Déu de la Balma se llama así por varias razones que se entrelazan entre la historia, la tradición religiosa y el entorno geográfico: El nombre de «Balma» es de origen céltico y se utiliza para hacer referencia a una cueva
Cuenta la leyenda medieval, que un pastor manco buscando refugio, encontró al fondo de una balma la figura de la Virgen y así recuperó su brazo. Desde entonces ha sido lugar de peregrinación, sobre todo, en momentos históricos convulsos, se convirtió en alivio de salvación para endemoniados y son decenas las historias que en el pueblo contarán sobre enfermos que recuperaron la cordura al atravesar sus puertas.
Vistas al río Bergantes y a la sierra
El santuario está construido en el interior de una gran cavidad rocosa en una ladera de la montaña y su estructura se adapta por completo al terreno. Visto desde fuera parece que se encuentre suspendido en el aire y desde dentro, se tiene una espectacular vista del río Bergantes y la Sierra de Sant Marc.
El conjunto incluye la Iglesia, una antigua hospedería (donde incluso hoy es posible alojarse), un restaurante con vistas y zonas de acceso para visitantes. Uno de los elementos más llamativos es el pasillo – mirador excavado en la roca que conduce hasta la ermita. Su atmósfera es tranquila y misteriosa a la vez.
Acceso libre al Santuario de la Balma
El acceso al Santuario de la Balma es sencillo. Desde Zorita del Maestrazgo, se toma la carretera CV-14 en dirección a Morella. A unos tres kilómetros se encuentra el desvío señalizado que lleva directamente al santuario. Hay un aparcamiento cercano y un breve paseo hasta la entrada principal.
La entrada es gratuita y suele estar abierta al público durante el día, excepto los lunes. Además del recorrido por el santuario, puedes disfrutar de una comida con vistas en el restaurante o incluso alojarte allí si buscas una experiencia más completa.
Un lugar para descubrir con calma

El Santuario de la Mare de Déu de la Balma es mucho más que una construcción religiosa. Es un espacio que une naturaleza, historia y espiritualidad. Un sitio ideal para quienes disfrutan del turismo rural, la arquitectura peculiar o simplemente buscan una escapada diferente en plena montaña. Tanto si vas por curiosidad como por devoción, es un lugar que no te dejará indiferente.
El Santuario de la Balma, excavado en la roca y envuelto en leyendas, es un lugar único donde naturaleza, historia y espiritualidad se encuentran en un entorno sobrecogedor.


Pero Zorita no es solo la Balma. De carácter fuerte, esta población que nunca consintió pertenecer al Maestrazgo de Montesa, permaneciendo independiente, ofrece al visitante un casco antiguo poblado de edificios singulares, como la Iglesia de la Asunción, del siglo XVIII con estilo barroco arcaico; la Casa Consistorial (siglo XVII) o el horno moruno del Forn de Dalt, que ofrecía su fuego a las familias del pueblo y aún hoy, se utiliza para cocinar “el pastissets” (empanadas dulces) para la fiesta de San Antonio.
Enclavada en las tierras del río Bergantes, su entorno natural se convierte en otro de sus grandes atractivos. La Font de la Beana, que alimenta de aguas al lavadero, les Fonts Calentes, manantial termal junto al Azud del Vilar, o los parajes de los “Buenos mozos” o el estrecho del barranco de Los Pardos, ofrecen parajes de comunión con la naturaleza, solo aptos para quienes aprecien el valor de la paz y los aromas del monte.