Ruta de los molinos de Lucena del Cid

Tras los pasos del agua

El agua ha sido siempre el elemento fundamental de la vida; no solo para la subsistencia de los seres vivos, sino también como origen de los pueblos. El pueblo de Lucena del Cid, conocido como “la Perla de la montaña”, se ubica así bañado por el río de su mismo nombre: Lucena. Junto a su ribera, el municipio se salpicó desde hace siglos, de los molinos que les permitían mantener diferentes actividades económicas, como la producción de harina o el cardado de la lana.

Ahora, recorrer la “ruta de los molinos”, se convierte en una experiencia no solo de fascinación por la naturaleza, sino una manera de comprender el equilibrio sostenible entre los recursos naturales y la mano del hombre.

Se pueden contemplar los molinos: Ros, Goçalvo, El Batan, de Panisseres, del Assut, Tornero, Nou y de Penya Roja. Además, se puede tomar el baño en las zonas del Toll de Carlos, La Badina y junto al molino Ros.

La ruta, de 11 kilómetros de recorrido y un desnivel positivo de casi 500 metros, es apta para hacerla en familia. Lo más importante es disfrutar del entorno y no tener prisa, porque a lo largo del recorrido, se puede observar un paisaje único del valle, contemplar alguna pequeña cascada y tomar el baño en diferentes pozas del río. Los molinos se pueden visitar por su exterior y, como suele ser habitual, también por dentro si el dueño se encuentra en la casa.

Esta excursión discurre siempre en paralelo al río, subiendo y bajando por las laderas, lo que ofrece algunos puntos que sirven como miradores del valle. El recorrido está salpicado de tesoros, no solo por los molinos, sino también por la contemplación de obras de arquitectura en piedra seca, un puente antiguo, las antiguas acequias y hasta una pasarela colgante moderna que se integra perfectamente en el paisaje.

Para terminar la ruta y recuperar fuerzas, les aconsejamos probar de la gastronomía local el conejo con caracoles, la olla de cardos y los “cocs” de miel, almendras o nueces.

Esta ruta comparte camino con el antiguo “Camí dels gelaters”, el tránsito que utilizaban los paisanos que transportaban el hielo desde la montaña del Peñagolosa hasta la Plana. Todas estas curiosidades y muchas más se pueden aprender paso a paso, impregnados de la paz que transmiten las aguas cristalinas del río Lucena.

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